Original en portuguésExiste una riña muy exacerbada entre Belén y Manaos, que suena como a Rio-São Paulo, pero en la región norte y es este el motivo del titulo del artículo. La ciudad es enorme, mas parece un grano de arena ante la inmensidad de la floresta amazónica, cuyo tamaño colosal me hizo interpretar de manera diferente la frase ‘Gigante por la propia naturaleza’ contenida en nuestro himno.
Lo que llama la atención a cada instante es el calor sofocante, y eso que yo no había llegado en el auge de las temperaturas.
Mi pasada fue breve y mal planeada, pero pude percibir que la ciudad es mal estructurada para reciber los turistas, con pocos puestos turísticos y poca explotación de la rica historia de la cuidad, que llegó a rivalizar con São Paulo y Rio de Janeiro como el más importante polo económico de Brasil durante el apogeo de la explotación del caucho al final del siglo XIX e inicio del siglo XX.
El mayor exponente de la opulencia del ciclo del caucho es el Teatro Amazonas, que es una bellísima construcción como las que habían de modernas y caras en Europa, para demostrar el poder de la ciudad. Frente al teatro hay también una plaza con una escultura que representa los 5 continentes (si, olvidaron la Antártida).
El encuentro de las aguas de los Ríos Negro y Solimões es otro espetáculo que impresiona por varios factores: el tamaño de cada Río, el contraste entre las aguas y la extensión en que el fenómeno acontece, que es por cerca de 16 km. Este fenômeno ocurre debido a las diferenciaas de densidad de las aguas y de la velocidad de las mismas, lo que dificulta la mezcla. El río Solimões es el menos veloz y más denso, por cargar más sedimentos, lo que también lo deja con el agua más fangosa.
La salida del paseo para el encuentro de las aguas es en el puerto de la ciudad y en él hay un panel que demuestra la altura a la que llegan las inundaciones año a año, lo que asombra en la variación no son los 12 metros entre la sequía y la inundación, mas el volumen de agua necesaria para tal, ya que en Manaos la longitud del río es de 3 km y que llega a 96 km próximo a su desembocadura! (datos relatados por el guía)
La curiosidad es afilada por las diversas comidas y condimentos existentes en región y las diferencias en relación al sudeste, como el tradicional churrasquiño de las calles que en Rio y São Paulo es de ‘gato’ y en Manaos es de pez, además del açaí con tapioca y del guaraná, entre tantos otros que no tuve la oportunidad de probar. Los remedios naturales también merecen destaque y el aceite de andiroba que fue el que usé para tratar una herida en la canilla y que ayudó a su cicatrización.
Resta mucho por develar sobre Manaos y más aún sobre la floresta amazónica, con la cual tuve un mínimo contacto, sin embargo lo suficiente para cautivarme!
Perdidos por el mundo 
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